ROMERO
El romero es una planta muy rica en principios activos y posee numerosas propiedades medicinales, entre otras, es antiséptico, antiespasmódico, aromatizante, depurativo, estimulantes estomacal, carminativo, colagogo –facilita la expulsión de la bilis–, diurético o hipotensor.
Uso interno del romero
Por lo que respecta a su uso interno, el romero puede aplicarse en los siguientes casos:
Debido a sus efectos estimulantes y tónicos favorece la recuperación en el caso de las enfermedades respiratorias y del aparato digestivo.
Posee un alto contenido de hierro y por este motivo puede ayudar a superar su falta en ciertos casos de anemia.
Es una planta rica en antioxidantes y, por tanto, resulta muy útil en tratamientos rejuvenecedores, así como para tratar enfermedades como el alzhéimer, el SIDA o el cáncer.
Antiguamente se le atribuían propiedades para fortalecer la mente y mejorar la agilidad mental, así como para aliviar las jaquecas y los periodos de astenia.
Por sus propiedades bactericidas puede servir como complemento de un tratamiento con antibióticos y algunos casos de enfermedades de transmisión sexual.
Uso externo del romero
En lo que a su uso externo se refiere encontramos diversas aplicaciones del romero:
Es adecuado para mitigar los dolores musculares y los calambres producidos por el esfuerzo físico, así como para desinflamar o relajar los pies, por lo que su uso es bastante frecuente entre los deportistas. Basta con realizar baños de romero durante 15 o 20 minutos o con aplicar sobre la zona en cuestión aceite de romero para notar sus efectos beneficiosos.
Realizar masajes sobre el cuero cabelludo con aceite de romero, enriquecido con aceite de almendra, ayuda de manera notable a mejorar la circulación de la zona y el nacimiento del cabello.
En los casos de uñas frágiles y quebradizas, evita que éstas se rompan.
También es reconocido su uso para combatir el mal aliento y aliviar las llagas y las inflamaciones.
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